Marina Vallarta se enfrenta a un creciente desafío con su sistema de alumbrado público, que podría afectar la calidad de vida y seguridad tanto de sus residentes como de los turistas que visitan esta emblemática zona. La situación surge debido a las fallas recurrentes en las luminarias instaladas en su momento por la empresa concesionaria Citelum, que, al no poder ser reparadas, deben ser sustituidas por nuevas de marcas diferentes, lo que representa un costo cada vez mayor para la comunidad.
Antonio García López, gerente de la Asociación de Residentes del fraccionamiento, explicó que “hemos solicitado al gobierno que nos dote de luminarias, porque cuando el servicio se concesionó a Citelum, se instalaron luminarias que no pueden ser reparadas”. Este problema no es nuevo: las luminosas modernas de marca Benito están costando alrededor de 10 mil pesos cada una, mientras que las sustitutas rondan los 6 mil, y hasta el momento solo se ha logrado reemplazar un 20% de las fallas reportadas.
Cada temporada de lluvias complica aún más la situación, ya que la humedad puede dañar los cables y los registros subterráneos se llenan de agua, creando cortocircuitos que llevan a la necesidad de reemplazar las luminarias por completo. El arquitecto Alonso González Ruiz, jefe de Supervisión y Mantenimiento de la Asociación, destaca que incluso el mantenimiento preventivo no ha sido suficiente para evitar estos problemas persistentes.
Con cerca de 300 luminarias en el fraccionamiento y más de 20 unidades reportadas como pendientes de cambio, es evidente que se requiere una acción financiera y logística por parte del gobierno municipal de Puerto Vallarta. A medida que la temporada alta de turismo se aproxima, la presión para asegurar un ambiente bien iluminado y seguro en Marina Vallarta aumenta, y será fundamental que las autoridades escuchen las demandas de la comunidad para llevar a cabo las mejoras necesarias.
La participación del gobierno es ahora más crucial que nunca para garantizar que esta importante zona turística esté en óptimas condiciones. Los habitantes y visitantes merecen disfrutar de un entorno seguro y agradable, y es responsabilidad de la autoridad local priorizar este servicio público esencial.



